From: glevy@PRATT.EDU
Date: Mon Apr 17 2006 - 22:29:07 EDT
The 'H' introducing this piece is Harry Cleaver. In solidarity, Jerry ====================================================== To: chiapas95 at eco.utexas.edu Subject: Es;Interview with Holloway and Negri,Apr 09 Date: Sun, 16 Apr 2006 08:52:23 -0500 (CDT) ------------------------------------------------------- NB:John Holloway is a well-known theorist of the Zapatista rebellion and Toni Negri is an even better known theory of grassroots struggle. This article translated from the Italian leftist paper Il Manifesto should be of some interest to our subscribers. H. Date: Sun, 16 Apr 2006 08:49:44 -0500 (CDT) From: Chiapas 95 Moderators <chiapas at eco.utexas.edu> To: <chiapas-i at eco.utexas.edu> Subject: Interview with Holloway and Negri Source: <http://usuarios.lycos.es/pete_baumann/autonomial.html> Movimientos en accio'n Dos estudiosos puestos en discusio'n. Entrevista con Antonio Negri y John Holloway Por Marcello Tari`, Vittorio Sergi Publicado en Il Manifesto. 09-04-2006. www.ilmanifesto.it Traduccio'n: Emilio Sadier. Buenos Aires, Abril 2006 Trabajo, crisis de la democracia representativa y relacio'n entre movimientos sociales y estado nacional. Y adema's: la revuelta zapatista y la novedad del modelo bolivariano. Dos puntos de vista confrontados, aunados so'lo por la conviccio'n de un eclipse de la cultura poli'tica del movimiento obrero. Sus nombres representan recorridos de investigacio'n teo'rica y poli'tica por cierto coherentes y sin embargo muy accidentados. El primer nombre es John Holloway, un filo'sofo de formacio'n marxista que, en los a~os '70, junto a muchos otros ha buscado inyectar savia vital en el a'rido pensamiento cri'tico ingle's, frecuentemente dividido por antiguos y sordos sentidos de pertenencia. Pero es con su traslado a Me'xico que su actividad de estudioso pega un giro. El pai's de Zapata era, entonces, el centro impulsor de una reflexio'n innovadora del concepto de <<sociedad civil>>, considerada, a diferencia de la tradicio'n liberal, no el espacio donde se manifiestan los intereses econo'micos privados o las elecciones acerca del propio estilo de vida separado de la accio'n del estado y de las fuerzas poli'ticas, sino ma's bien el a'mbito en que interactuaban los grupos sociales, las asociaciones de base, las organizaciones sindicales o indi'genas que representan intereses entre si' divergentes, pero sin embargo puestos en comu'n por la oposicio'n a los grupos sociales y poli'ticos dominantes. Cuando luego el Eje'rcito Zapatista de Liberacio'n Nacional entra, en 1994, en San Cristo'bal de las Casas, Holloway consuma aquel giro radical que encuentra si'ntesis en el libro Co'mo cambiar el mundo sin tomar el poder. Un ti'tulo que indica la meta, pero no todas las etapas del proyecto de investigacio'n, que su autor quiere y plantea abierto y condicionado por el accionar de los movimientos sociales. Desde entonces, Holloway ha seguido atentamente la insurreccio'n zapatista y el movimiento no-global, considerados ambos las encarnaciones de aquella actitud de transformar la realidad sin la conquista del poder poli'tico estatal. El otro nombre de este dia'logo es Toni Negri, estudioso que no necesita demasiadas presentaciones. El encuentro entre los dos teo'ricos sucedio' en Bologna, durante un seminario sobre <<Gobernabilidad, representacio'n y movimientos>> organizado por Uninomade. Durante el seminario tanto Toni Negri como John Holloway han usado repetidamente te'rminos como revolucio'n y representacio'n. Y desde aqui' es que se encauza la entrevista. Ambos hablaron de revolucio'n, entendida como ruptura radical bien con el capitalismo y el estado o con el imperio. ?Cua'les son las razones que los llevan a usar nuevamente esta palabra que por mucho tiempo ha sido desestimada en el le'xico poli'tico de los movimientos sociales? J.H.: ?Por que' los movimientos hablan nuevamente de revolucio'n? Esta es la pregunta de la que se debe partir. Es evidente que el capitalismo es una cata'strofe para la humanidad, no solamente en te'rminos de un empobrecimiento de gran parte de la poblacio'n del planeta, sino adema's en te'rminos de la destruccio'n de las condiciones naturales necesarias para la supervivencia de la humanidad. Pero hay algo nuevo: la revolucio'n no es aquella catarsis que imagina'bamos en el pasado. El ciclo de luchas que comienza con los zapatistas abre nuevas posibilidades, nuevas formas de acciones sociales y poli'ticas que pueden inducir a pensar la revolucio'n en te'rminos diferentes que los del pasado. Ahora podemos pensar la revolucio'n no como un acontecimiento de un futuro ma's o menos lejano sino como un conjunto de tajos que se esta'n abriendo en el tejido del dominio, espacios o momentos de <<rechazo-y-creacio'n>> en los cuales los hombres y las mujeres afirman que <<aqui' no, aqui' haremos las cosas de otro modo>>. La revolucio'n es simplemente la creacio'n, expansio'n y multiplicacio'n de estos desgarros. A.N.: Es cierto, hoy se comienza a hablar de nuevo de revolucio'n. Todos nos preguntamos por que' razones emerge con tanta fuerza, despue's de un largo periodo de represio'n y de iniciativa capitalista, la necesidad de hablar y de actuar para una modificacio'n radical del estado presente de las cosas. Esta' claro que la derrota poli'tica de los EEUU en Irak y las dificultades que ha tenido a partir de ahi' tienen un impacto central en este pasaje: sin embargo, son siempre la subjetividad, su maduracio'n y sus pasiones las que determinan los tiempos de la accio'n poli'tica. El zapatismo ha caminado dentro de esta racionalidad nueva y extra~a, ha nutrido esta biopoli'tica de una pra'ctica revolucionaria. No se trata, en este punto, de subestimar la fuerza del imperio norteamericano ni la de sus vasallos capitalistas en el mundo, asi' como no se trata de subestimar la potencia subjetiva de los movimientos y del zapatismo en particular. De hecho, sin embargo, parece que estamos viviendo una efectiva apertura de un nuevo horizonte: ?un socialismo para el siglo XXI, como alguien dice? En el centro de la accio'n de los movimientos sociales esta' presente una discusio'n a'spera acerca del concepto de clase y sobre el significado y el rol del trabajo. ?Que' significado puede tener la categori'a de <<poder popular>>, constante en las actuales luchas latinoamericanas y en las metro'polis europeas? J.H.: El trabajo es central, pero el punto de pertenencia no puede ser el trabajo abstracto o asalariado y sus formas actuales sino ma's bien la lucha que el trabajo abstracto esconde, esto es, la lucha para convertir nuestro hacer creativo en trabajo abstracto o alienado, trabajo bajo el mando de otros. El nu'cleo de la lucha de clases es la lucha entre el hacer creativo y el trabajo abstracto, es decir, la lucha del hacer humano para huir de su captura dentro del trabajo asalariado o capitalista. La lucha entre el trabajo abstracto y el capital es una lucha relativamente superficial, ya que el trabajo asalariado y el capital son complementarios. Las formas organizativas del movimiento obrero tradicional y sus conceptos esta'n basados en la lucha del trabajo abstracto. Esta lucha, sus formas organizativas y sus conceptos esta'n ahora en crisis. Estamos viviendo la crisis del trabajo abstracto. Es en este contexto que es preciso entender la crisis de la representacio'n (que, en el fondo, es un momento de la abstraccio'n del trabajo) y de conceptos como <<poder popular>>. A.N.: El concepto de clase esta' en el centro de la tema'tica marxiana, pero termina siendo definido una y otra vez en referencia a la composicio'n te'cnica y poli'tica del proletariado. No existe una figura eterna e inmutable del concepto de clase ni una forma estable y universal de la abstraccio'n del trabajo (esto es, del proceso de explotacio'n). Si hoy uso el concepto de multitud en lugar del de clase es porque pienso que el concepto de clase obrera es demasiado limitado para definir la intensidad (inmaterial y cognitiva adema's de material) y la extensio'n (que ya no se da so'lo dentro de la fa'brica sino dentro de toda la sociedad) del trabajo explotado. Cuando se insiste sobre las determinaciones de la explotacio'n se debe de cualquier modo insistir sobre las nuevas cualidades del sujeto proletario: la negatividad de su accio'n, el grito de protesta que se alza desde la multitud debe siempre acompa~arse por un modelo de organizacio'n y por la capacidad de construir figuras institucionales eficaces para la liberacio'n del trabajo vivo. Esta' claro que la categori'a de <<poder popular>>, que tiene una importancia central en los movimientos latinoamericanos, en Europa es poli'ticamente casi inutilizable. Pueblo, nacio'n, son conceptos que han sido quemados por una experiencia de alianzas y de perversas representaciones unitarias de las clases (siempre en sentido reaccionario, cuando no incluso fascista) en nuestra historia europea. El mismo concepto de poder esta' por otra parte ya descalificado. La cuestio'n a desarrollar es entonces otra: co'mo se expresa la potencia, co'mo se determinan instituciones para la organizacio'n del trabajo y de la sociedad que no sean homo'logas a las que hemos heredado de la concepcio'n y de la pra'ctica burguesas del poder. Frente a esto, en los pai'ses latinoamericanos, <<poder popular>> representa, desde mi punto de vista, la accio'n de la multitud contra las oligarqui'as nacionales e internacionales. <<Poder popular>> tiene un significado auto'ctono y fuerte. Un u'nico problema: se necesitari'a ser capaz de despegar aquel <<popular>> del otro adjetivo <<nacional>> que demasiado frecuentemente, y perniciosamente, lo acecha. Ambos han estado en Venezuela y ambos han conocido el movimiento de los zapatistas mexicanos que hoy parece colocarse en las anti'podas del modelo bolivariano. ?La izquierda ha creado una nueva diferencia entre modelos de revolucio'n? ?Cua'l es segu'n ustedes la prioridad para los movimientos sociales en la confrontacio'n actual con el capital global? J.H.: Toda gran revuelta es una multiplicidad de rebeliones que cooperan y adema's se enfrentan entre si'. La cuestio'n del estado y del poder tiene una importancia central. La idea de cambiar el mundo a trave's del estado es un momento de la lucha del trabajo abstracto contra el capital: puede llevar a un mejoramiento significativo de las condiciones de vida de los trabajadores, pero no rompe con la dominacio'n del trabajo abstracto (y por lo tanto del capital). Pero existe una fuerza mucho ma's radical que esta' emergiendo con energi'a en los u'ltimos a~os, se podri'a decir la fuerza del <<hacer humano>> o creativo contra el trabajo abstracto, y esta es una rebelio'n mucho ma's profunda que se niega a encasillarse a trave's del estado y que va contra las tradiciones del movimiento obrero cla'sico. Esta rebelio'n profunda es un proceso de <<romper-y-crear>>, crear desgarros en el tejido de la dominacio'n capitalista. Se manifiesta tambie'n en el movimiento zapatista y es una parte significativa del movimiento altermundista -por cierto tambie'n en muchos movimientos dentro del proceso venezolano, pero no en el estado venezolano. A.N.: Yo creo que el modelo bolivariano es todavi'a un modelo abierto y que puede ser desarrollado de manera original. Nada me parece ma's absurdo que contraponer este modelo, fuerte porque abierto, a otras experiencias hoy en curso al interior de la izquierda en Ame'rica Latina. En esta fase de experimentacio'n creo, en resumen, que es absolutamente necesario mantener abierta la comparacio'n, no repetir las fana'ticas contraposiciones de los socialismos del siglo XX, reflexionar sobre las convergencias ma's que sobre las diferencias. Dos razones por las cuales decir esto. La primera es que el enemigo es u'nico: es el Imperio. En las sociedades latinoamericanas este se despliega a trave's de las oligarqui'as nacionales y las estructuras consolidadas de un biopoder antiguo y difi'cil de destruir: este es el enemigo a abatir, alrededor de este objetivo deben desarrollarse las confrontaciones y decidirse el proyecto unitario. La segunda razo'n es que hoy la multitud es un movimiento de diferencias: esta es la riqueza de nuestra e'poca. En cada pai's de Ame'rica Latina la composicio'n te'cnica, cultural y poli'tica de la multitud posee notables y originales caracteri'sticas especi'ficas. Los desequilibrios al interior del continente son enormes y evidentes. Es en este contexto que la iniciativa bolivariana debera' ser integrada por otras potencias y otras insurgencias proletarias a nivel continental y es so'lo dentro de esta integracio'n latinoamericana que podra' ser definido un nuevo modelo de desarrollo y de liberacio'n.
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