Re: (OPE-L) dreams and nightmares

From: Riccardo Bellofiore (riccardo.bellofiore@UNIBG.IT)
Date: Fri May 16 2003 - 14:00:10 EDT


At 11:22 -0600 16-05-2003, Hans Ehrbar wrote:
>In the times of imperialist attack on Cuba I consider it the
>duty of every progressive either to support Cuba or, if you
>feel you cannot do this, to stay silent, because everything
>critical you say at this moment will be used as further
>pretext for the attacks on Cuba.  The actions by the Cubans
>which you object to were undertaken as a defense against US
>attacks.  We have to try to stop the imperialists, instead
>of second-guessing the actions Cuba is undertaking to defend
>itself.  This seems so obvious to me that I am embarrassed
>to send it to this list.  I am only saying it for the record
>so that people perusing the archives will not get a false
>impression.
>
>Hans.


hans, four (no, five) things:

(i) we decided to 'open' the list, so we decided to make debates
openly. if we don't want that, we should close the list. or Jerry
should open some parallel, closed site to discuss openly among
comrades this kind of stuff.

(ii) 'to stay silent'? I don't know why, but I have heard this kind
of things many many times. I don't like the expression: neither the
form nor the substance.

(iii) I strongly support Cuba against US attacks. I repeat: strongly.
And I condemn any 'pretext' to attack Cuba. But I do not justify the
actions undertaken by Cuba, as you do. By the way, they are giving
USA more 'pretexts'. There is a dissent among us on this. You cannot
take your opinion as granted. I respect it, but mine is very
different.

(iv) in my mind (and unfortunately I can think only with my mind, and
speak accordingly) what I said in prior mail is exactly the most
friendly approach to Cuba, it' s the only way I see to support Cuba:
avoid (or insist in) serious and dramatic errors. there is no
second-guessing. those actions are patently wrong, are against what
communism (at least, libertarian communism) is and should be, as end
and as means.

(v) should I say that those who do not understand this are really
working against Cuba, and should then stay silent? it's not my
attitude, frankly. I am interested in listening their opinions and
arguments.

r

ps: in Italy there has been in the last weeks a big debate. Pietro
Ingrao, a respected old comunist, was the first to publish an
editorial in il manifesto. I agree with it 100%. I enclose it below
in the versions I have now found on the web (in Spanish and in the
original Italian).

  Las prisiones de Cuba

Pietro Ingrao
Il Manifesto
Traducción para La Insignia: Izaskun Fuentes Milani

Las noticias que nos llegan de Cuba son alarmantes y no admiten
silencios. El 3 de abril tuvieron lugar, en diversos puntos de la
isla, varios procesos contra 78 «disidentes», o -para decirlo con
palabras más secas- opositores del régimen castrista. Si se suman las
diversas condenas impuestas a estos opositores resultan cientos y
cientos de años de cárcel. Son cifras espeluznantes. Y llamar
sumarios a estos procesos es un eufemismo un poco ridículo. No
podemos llamarnos a engaño: es imposible que en estos auténticos
procesos relámpago se hayan garantizado los derechos elementales a la
defensa, ni que se haya actuado con la prudencia necesaria y
elemental que de hecho es obligada cuando se decide sobre la libertad
o la prisión de individuos y de grupos.

¿Que los imputados eran opositores del régimen castrista, e incluso
-digámoslo de forma fuerte- conspiraban contra el régimen? ¿Y qué
otra cosa podían hacer, si en Cuba no existen los derechos esenciales
de expresión, de organización, de lucha política pública y
reconocida? Y esto aún hoy, cuando han transcurrido cuarenta años
desde los días de la insurrección armada y de la emergencia
revolucionaria. Por otra parte, ¿dónde está escrito que a los
acusados, incluso si se trata de conspiradores esposados -que no
están en condiciones de hacer ningún daño-, no se les puedan o no se
les deban conceder poderes e instrumentos elementales de defensa? La
justicia, esa palabra tan solemne y altisonante, requiere un proceso
contradictorio público y prolongado. Sin él, la sala de vistas se
convierte en una farsa, en un engaño feroz.

También a comienzos de abril se celebró en Cuba otro proceso, con una
trama alucinante, que condujo a la condena a muerte de tres jóvenes
que habían secuestrado una pequeña embarcación para tratar de llegar
a la costa estadounidense. El que suscribe ha aprendido en la vida a
odiar la condena a muerte, ese poder estremecedor de matar a alguien
que está ya esposado y recluido entre las paredes de una cárcel. Pero
la condena a muerte que se dicta y se ejecuta de forma casi
instantánea, que no permite apelación y rechaza incluso un momento de
duda ante el hecho de matar a alguien inerme, es realmente
repugnante. Y es engañosa: da la impresión de que el verdugo acabara
de un plumazo los problemas políticos y humanos que no sabe resolver.
Se dirá que Castro no tiene más remedio para mantenerse a salvo de
los complots estadounidenses, pero yo me temo que todo esto ayuda a
Bush a decir: Ya veis que la superpotencia americana es indispensableŠ

Así de amarga es la situación. Yo no olvido el valor de la
insurrección cubana como esperanza y símbolo para un tercer mundo
asfixiado por el imperialismo, y también para la difícil lucha de la
izquierda anticapitalista en el mundo occidental avanzado. Aunque
personalmente tuve dudas, fuimos muchos, muchísimos, los que desde el
primer momento, en aquella segunda mitad del siglo veinte, colocamos
el retrato del Che sobre la cómoda de nuestra casa y cantamos en las
marchas aquella canción inolvidable. Y creo que percibo y comprendo
hasta qué punto, todavía hoy, Cuba transmite un mensaje de esperanza:
en primer lugar, para Centroamérica, que trata de redimirse, y más
aún. Especialmente ahora que la superpotencia estadounidense ha
proclamado ante el mundo entero la llegada de la era de la «guerra
preventiva». Pero precisamente si a estas alturas la situación es
ésta, y eso se ve sobre el terreno, no podemos engañarnos pensando en
superar una prueba así a fuerza de procesos sumarios y fusilamientos
fulminantes.

Siento repulsión por esas novísimas cárceles de Guantánamo, donde uno
ya ni siquiera se puede refugiar en la oscuridad de su celda. Pero,
¿cómo puedo oponerme a las alucinaciones de Guantánamo si recurro a
la pena capital contra fugitivos presos y con esposas en las muñecas?

La batalla contra Bush y contra la doctrina de la «guerra preventiva»
requiere otros caminos, nuevos y distintos. Y se nutre de pacifismo,
no de cárceles y esposas que llegan a ser absurdas, ni de verdugos
manchados de sangre.

Un intelectual gran amigo de Cuba, el Nobel Saramago, ha hecho
pública su disconformidad. Su elección es un llamamiento a la
valentía de la verdad, y Dios sabe cuánta falta hace a la vista de
las pruebas abiertas en el mundo.

Le prigioni di Cuba
   
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  il manifesto - 15 aprile

    Pietro Ingrao

Le notizie che giungono da Cuba sono allarmanti e non consentono
silenzi. Il 3 di aprile si sono svolti in diverse sedi dell'isola
processi contro 78 «dissidenti», o - per usare parole più secche -
oppositori del regime castrista. Sommando le varie condanne comminate
a questi oppositori si arriva a centinaia e centinaia di anni di
carcere. Sono cifre agghiaccianti. E per questi processi parlare di
rito sommario è un eufemismo un po' ridicolo. Né si può ingannare noi
stessi: è impossibile che in questi veri e propri processi lampo
siano stati garantiti elementari diritti di difesa, né ci si sia
stata quella necessaria, elementare prudenza, che pure è il sale
obbligato, quando si decide sulla libertà o sulla prigionia degli
individui e dei gruppi. Gli imputati erano oppositori del regime
castrista, anzi - usiamo pure la parola forte - cospiravano contro il
regime? E che altro essi potevano fare visto che a Cuba difettano
essenziali diritti di parola, di organizzazione, di lotta politica
pubblica e riconosciuta? E questo ancora oggi, dopo quarant'anni dai
giorni dell'insurrezione armata e della emergenza rivoluzionaria. E
inoltre dove sta scritto che anche ai cospiratori in manette - quando
non sono in condizioni di nuocere - non si possono, non si debbano
concedere elementari poteri e strumenti di difesa? La giustizia -
questa parola così solenne e alta - ha bisogno come il pane del
contraddittorio pubblico e prolungato. Senza di che l'aula del
tribunale diventa una farsa, un inganno feroce.

Ancora all'inizio di aprile - con un intreccio allucinante - si è
tenuto a Cuba un altro processo, che ha portato alla condanna a morte
di tre giovani che avevano sequestrato un traghetto per raggiungere
la costa degli Stati uniti. Chi scrive nella sua vita ha imparato ad
odiare la condanna a morte - questo agghiacciante potere di uccidere
colui che sta già in manette e stretto dentro le mura di un carcere.
Ma quella condanna a morte che si consuma e si compie quasi in un
lampo, e non consente appello e rifiuta persino un momento di
esitazione davanti all'uccidere l'inerme - è davvero qualcosa di
ripugnante. Ed è ingannevole: si illude di cancellare con la mano del
boia i problemi politici e umani che non sa risolvere. Si dirà: tutto
questo è necessario a Castro per tutelarsi dai complotti americani.
Io temo invece che ciò aiuti Bush a dire: vedete come è
indispensabile la superpotenza americana...

Tale è il quadro amaro. Io non dimentico ciò che dall'insurrezione
cubana è venuto come speranza e simbolo per un Terzo mondo soffocato
dall'imperialismo, e anche per la difficile lotta della sinistra
anticapitalistica nell'Occidente avanzato. Anche se personalmente io
ebbi dubbi, tanti, davvero tanti - e dall'inizio - in quella seconda
metà del Novecento ponemmo il ritratto del «Che» sul cassettone di
casa, e cantammo nei cortei quella canzone indimenticabile. E credo
di afferrare, di capire quanto ancora oggi Cuba agisca come speranza:
prima di tutto per il continente centro-americano in cerca di
riscatto, e oltre ancora. E ancor più adesso che la superpotenza
americana ha proclamato - dinanzi al mondo - l'avvento dell'era della
«guerra preventiva». Ma tanto più se la questione è ormai questa - e
si vede sul campo - non possiamo illuderci di superare una tale prova
con i processi sommari e le fucilazioni fulminanti.

Sento repulsione per quelle nuovissime carceri di Guantanamo, dove
non esiste più nemmeno la protezione, il ritrarsi in sé che dà il
buio della cella. Ma come posso contrastare le allucinazioni di
Guantanamo se ricorro alla pena capitale contro dei fuggiaschi
riagguantati e ormai con le manette ai polsi?

La battaglia contro Bush e contro la dottrina della «guerra
preventiva» chiede altre strade: nuove e diverse. E si nutre di
pacifismo, non di carceri e manette persino assurde, e di boia
macchiati di sangue.

Un intellettuale, grande amico di Cuba, il nobel Saramago ha
dichiarato il suo dissenso. E' una scelta che chiama al coraggio
della verità, e Dio sa se ce ne vuole dinanzi alle prove aperte nel
mondo. 


--

Riccardo Bellofiore
Dipartimento di Scienze Economiche
"Hyman P. Minsky"
Università di Bergamo
Via dei Caniana 2
I-24127 Bergamo, Italy
e-mail:   riccardo.bellofiore@unibg.it
direct    +39-035-2052545
secretary +39-035 2052501
fax:      +39 035 2052549
homepage: http://www.unibg.it/dse/homepage/homebellofiore.htm

Al signor K chiesero cosa stesse facendo.
Il signor K rispose: "Sto lavorando duro
per preparare il mio prossimo errore"

What are you working on, Herr K was asked.
Herr K replied: "I am working hard,
I am carefully preparing my next error"

Bertolt Brecht


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